La Casa de Windsor: cuando la política europea cambió el apellido de una monarquía

En 1916 la Casa de Sajonia-Coburgo y Gotha gobernaba el Reino Unido. Un año más tarde, Jorge V se vio forzado a tomar una decisión que cambió a la monarquía británica.

Actualizado a

Jorge V y la reina María
Imprimir

A finales del siglo XIX la monarquía británica tenía un estrecho parentesco con las dinastías alemanas. La Reina Victoria, hija de una princesa alemana, se había casado con el príncipe Alberto, duque de Sajonia-Coburgo y Gotha. Menos de un siglo después, su nieto, Jorge V, borró todo rastro alemán del apellido de la familia real británica. Te explicamos por qué.

El nacimiento de la Casa de Windsor

¿Alguna vez te has preguntado con qué nombre los Príncipes William y Harry entregaban sus deberes en el colegio? Mucha gente piensa que los miembros de la realeza británica no tienen apellidos. En parte tenían razón: hasta 1917, no tenían apellido como tal y en su lugar usaban el nombre de su casa o dinastía. Por costumbre, al firmar un documento oficial, la realeza suele escribir solamente su primer nombre.

Según el antiguo sistema, los niños reales, como cualquier hijo inglés, recibían su "apellido" de su padre. Por ejemplo, la Reina Victoria fue la última monarca británica de la Casa de Hannover. El Rey Eduardo VII y su hijo, Jorge V, descendían por parte de padre de la Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha, y estos eran los apellidos que usaban. Pero todo esto cambió en el año 1917 por razones políticas.

Hay que tener en cuenta la coyuntura de la época: el país estaba inmerso en la Primera Guerra Mundial y Alemania había desarrollado la tecnología que les permitía bombardear Londres directamente. El resultado era un evidente sentimiento anti-alemán, y la familia real se encontró con la necesidad de renunciar a todos sus títulos alemanes. Además, el 15 de marzo de 1917, el Zar Nicolás II de Rusia fue obligado a abdicar del trono. Esto generaba serias dudas sobre una eventual abolición de las monarquías europeas. Claramente, la situación era delicada y había que contentar a las masas. 

Así, el 17 de julio de 1917, Jorge V emitió una proclamación real que declaraba: 

"Now, therefore, We, out of Our Royal Will and Authority, do hereby declare and announce that as from the date of this Our Royal Proclamation Our House and Family shall be styled and known as the House and Family of Windsor, and that all the descendants in the male line of Our said Grandmother Queen Victoria who are subjects of these Realms, other than female descendants who may marry or may have married, shall bear the said Name of Windsor...."

[Ahora, por lo tanto, Nosotros, por Nuestra Real Voluntad y Autoridad, por la presente declaramos y anunciamos que a partir de la fecha de esta Proclamación Real Nuestra Casa y Familia serán llamadas y conocidas como la Casa y Familia de Windsor, y que todos los descendientes en la línea masculina de Nuestra mencionada Abuela la Reina Victoria que sean súbditos de estos Reinos, excepto las descendientes femeninas que puedan casarse o haberse casado, llevarán el mencionado Nombre de Windsor....]

¿Pero por qué Windsor? El nombre tiene una larga asociación con la monarquía británica, por ejemplo, a través de Windsor, Berkshire y el Castillo de Windsor, una de las residencias oficiales de la monarquía británica. Fue así como los apellidos de la monarquía británica fueron "anglicanizados".

Como anécdota, al escuchar la noticia, el Káiser alemán Guillermo II bromeó diciendo que esa noche iba a ver "Las alegres comadres de Sajonia-Coburgo-Gotha", en referencia a la obra de Shakespeare "Las alegres comadres de Windsor".

Pero la controversia no acabó con esta proclamación. Surgió de nuevo cuando la Reina Isabel II estaba a punto de dar a luz a su tercer hijo, Andrew. Sus dos hijos anteriores (Carlos y Ana) no se vieron afectados, porque nacieron con el apellido Mountbatten antes de que ella ascendiera al trono. Philip Mountbatten, quien llegaría a ser el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo, supuestamente protestó en privado: "I am nothing but a bloody amoeba. I am the only man in the country not allowed to give his name to his own children." ["No soy más que una maldita ameba. Soy el único hombre del país al que no se le permite dar su nombre a sus propios hijos".] 

Encontró apoyo para su posición en el experto constitucional Edward Iwi, quien alegó que si los hijos de la Reina Isabel II llevasen solamente el apellido Windsor, serían sentenciados a portar una "Badge of Bastardy" [Insignia de Bastardía].

Así fue que, 11 días antes del nacimiento del Príncipe Andrew en 1960, en virtud de una declaración realizada en el Consejo Privado, se decretó que el nombre Mountbatten-Windsor se aplicaría a los descendientes por línea masculina de la Reina Isabel II sin tratamientos protocolarios (conocidos como styles en inglés) ni títulos reales. Las personas con tratamientos protocolarios reales no suelen utilizar un apellido, pero algunos descendientes de la Reina con tratamientos protocolarios han utilizado Mountbatten-Windsor cuando se requería un apellido.

Sin embargo, los problemas no acabaron con este decreto. Algunos funcionarios de palacio refunfuñaron en privado que creaba un apellido oculto que surgiría varias generaciones más tarde, cuando algunos de los descendientes de la Reina Isabel II estuvieran más alejados del trono. Con ocasión de la boda del Príncipe Eduardo y Sophie Rhys-Jones en 1999, la Reina decidió, con su acuerdo, que ninguno de sus futuros hijos fuera llamado Su Alteza Real [His or Her Royal Highness]. Así fue que su primera hija nació como Louise Alice Elizabeth Mary Mountbatten-Windsor. 

Volviendo a nuestra pregunta inicial, los Príncipes William y Harry tienen tratamientos protocolarios y técnicamente no tienen que usar un apellido. Pero en el colegio, firmaban sus trabajos como William Wales y Harry Wales (ya que eran príncipes de Gales). Unos años más tarde, su prima Charlotte sigui�� su ejemplo y usa Charlotte Cambridge.

More in Explore

TODAY’S TOP STORIES

The British Coastline
iStock

Places

The British Coastline

En la pintoresca costa británica, la erosión y las mareas han revelado un pasado prehistórico, sacando a la superficie árboles y huellas de animales de hace miles de años.

Rachel Roberts