¿Cómo sería una nueva guerra civil en Estados Unidos? Civil War, la película escrita y dirigida por Alex Garland y protagonizada por Kirsten Durst y Wagner Moura, se estrena en España después de haberlo hecho con mucho éxito y bastante polémica en Estados Unidos. El nuevo trabajo del director de Ex Machina o Anihilation es una road movie solo un poco distópica que imagina cómo sería hoy en día una guerra civil en Estados Unidos. Y si bien la película consigue transmitir de manera magistral los horrores de una guerra y los efectos sobre la población civil, deja también muchos interrogantes abiertos y mucho terreno a la interpretación.
Garland apenas aporta contexto o explicaciones sobre los motivos que han conducido hasta este terrible conflicto, ni siquiera cuáles son los bandos o ideologías en liza, y sobre todo evita explícitamente posicionarse. Sin embargo, un visionado atento deja entrever algunas claves que aluden al clima político que se vive actualmente en Estados Unidos, y que pueden servir para entender qué está pasando en esta inquietante obra de política-ficción. A continuación, analizamos —¡sin spoilers!— los puntos de la trama más destacados y te ofrecemos un glosario indispensable para que no te pierdas detalle de la película.
¿QUÉ HA PASADO?
Lo anuncia el big data: Estados Unidos se aboca a una nueva guerra civil. Ya hace tiempo que los comentaristas políticos más agoreros pronostican que la polarización extrema que vive Estados Unidos, agravada por la diseminación de fake news y teorías de la conspiración y el hecho de que se trata de la población más armada del planeta, acabará por desembocar en un sangriento conflicto interno. Pero más allá de análisis y sensaciones, una nueva disciplina llamada cliodinámica, que combina las lecciones de la historia con el análisis estadístico de indicadores económicos y demográficos, establece que la denominada era de integración ha llegado a su fin en Estados Unidos tras algo más de 150 años, y que desde los años 20 de este siglo nos encontramos en la era de la discordia.
Civil War arranca con imágenes reales de disturbios recientes en Estados Unidos. Son apenas unos segundos de agitación, gritos y golpes entre manifestantes y policías antidisturbios. No disponemos de más datos, pero a cualquiera que haya estado al día de la noticias en los últimos años le vendrá a la memoria imágenes de sucesos traumáticos como la marcha de la alt-right en Charlottesville que acabó con una manifestante muerta en 2016, los protestas contra la brutalidad policial del movimiento Black Lives Matter o, sobre todo, el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
El espectador de la película asiste a la guerra civil del título desde la furgoneta de cuatro periodistas que se proponen viajar desde Nueva York a Washington para entrevistar al presidente (interpretado por Nick Offerman) antes de que se produzca la inminente caída del gobierno a manos de las fuerzas insurrectas. Como se escucha al inicio del tráiler, “nineteen states have seceded from the Union”, y el presidente, que se encuentra en su “third term”, asegura que “the uprising will be dealt with swiftly”.
¿CUÁLES SON LOS BANDOS?
Aunque no sabemos cuáles son exactamente los diecinueve estados de los cincuenta que conforman los Estados Unidos que se han sublevado, sí que se nos dice que entre estos se encuentran las Western Forces de Texas y California, así como la Florida Alliance. La elección que hace Garland de estos estados puede considerarse como una pista falsa en su voluntad por resultar ambiguo y hacer de la película más una parábola que un manifiesto: si bien Florida y Texas son en la realidad feudos tradicionalmente republicanos donde Donald Trump consiguió victorias bastante amplias en las dos últimas elecciones, California ha votado históricamente demócrata. ¿Cómo han llegado estos estados a ponerse de acuerdo para sublevarse? ¿Qué les une?
¿hay 'malos' y 'buenos'?
Aun así, el espectador mínimamente informado podría verse tentado a establecer paralelismos entre la película y la situación política actual y suponer que las milicias y facciones que se rebelan contra un gobierno supuestamente legítimo se corresponden con el movimiento de la alt-right y los grupúsculos armados anti-establishment y alineados con el supremacismo blanco que han apoyado a Donald Trump en su cruzada por “drain the swamp” de Washington de las élites corruptas. Al fin y al cabo, en la última década, las llamadas a la insurrección y los actos de terrorismo doméstico en Estados Unidos han venido mayoritariamente de la extrema derecha, más o menos organizada en grupos paramilitares como los Oath Keepers o los Proud Boys.
En una escena al principio de la película, Garland introduce una pista visual que podría señalar en esta dirección: los periodistas asisten a un enfrentamiento entre fuerzas gubernamentales que defienden un edificio y un grupo de rebeldes que quieren tomarlo. Estos últimos van ataviados con un curioso uniforme: camisas hawaianas. En el inframundo de la alt-right y movimientos afines, el uso de esta prenda es una alusión a una futura guerra racial entre negros y blancos que en los foros de internet se conoce como Boogaloo. Vestir una camisa hawaiana en manifestaciones y protestas se ha convertido en los últimos años en una forma de identificación entre quienes se preparan para —e incluso desean— esta guerra.
En su origen, el término ‘boogaloo’ se refiere a un estilo de música latina que se hizo popular en los años 60. El motivo de su uso para aludir a esta guerra racial se pierde en las cloacas de la deep web y solamente puede explicarse como uno de esos retorcidos trayectos léxicos donde memes supuestamente graciosos o irónicos se envenenan hasta convertirse en emblemas y consignas bien reales y peligrosas.
Sin embargo, en la película vemos que los ejércitos y milicias de ambos bandos incluyen miembros de raza negra o asiática, lo que descartaría una supuesta motivación racial del conflicto. Además, se dice que el presidente a punto de ser derrocado se encuentra en un tercer mandato y que ha desmantelado el FBI. La Constitución de Estados Unidos limita los mandatos presidenciales a dos, consecutivos o no, por lo que se puede interpretar que el presidente habría realizado una especie de autogolpe de Estado para mantenerse en el poder. Por otra parte, la idea de desmantelar el FBI, la policía federal que se ocupa de perseguir el crimen a nivel de todo el país, es de hecho una idea que ha insinuado en alguna ocasión el propio Donald Trump.
¿CUÁL ES EL MENSAJE DE “CIVIL WAR”?
El mensaje de la película queda claro desde el mismo tráiler. En un momento de descanso, Lee Smith, la veterana fotógrafa de guerra interpretada por Kirsten Dunst que ha cubierto conflictos en todo el mundo, reflexiona sobre el sentido de su trabajo: “Every time I survived a war-zone, I thought I was sending a warning home. ‘Don’t do this.’ But here we are.”
En una entrevista en The New York Times, Alex Garland explica que la película es en gran medida una reflexión sobre la función del periodismo en las democracias actuales, y la decadencia de su rol frente a la propaganda y los abusos de poder: “Overall I’d say this film is about checks and balances: polarization, division, the way populist politics leads toward extremism, where extremism itself will end up and where the press is in all of that […] One of the biggest checks and balances you have on government is the press. But the press needs to be trusted for that to work. They’ve been undermined and demonized partly by external forces and internal forces”. Es por ello, continúa, por lo que la película se explica desde el punto de vista de cuatro reporteros que, aunque muy diferentes, pertenecen a la vieja escuela del periodismo, por lo que tratan de realizar su trabajo de manera rigurosa y con imparcialidad: “The film is presenting old-fashioned reporters, as opposed to extremely biased journalists who are essentially producing propaganda. They’re old-fashioned reporters, and the film tries itself to function like those reporters.”
GLOSARIO PARA ENTENDER “CIVIL WAR”
Como siempre, en Speak Up te aconsejamos que veas la película en versión original, ya sea con subtítulos en inglés o en castellano. Para que no te pierdas ningún matiz del diálogo ni de la trama, te hemos preparado un pequeño glosario con algunas de las palabras clave de la película:
to ramp up: intensificar.
the South Lawn of the White House: el Jardín Sur. La entrada oficial de la Casa Blanca es por el número 1.600 de la Avenida de Pensilvania, donde se ubica el North Lawn. El South Lawn es, por así decirlo, el patio trasero de la residencia presidencial. Ahí es por donde, se imagina uno de los periodistas, el presidente tratará de escapar cuando la capital caiga en manos rebeldes.
to talk out (of this bullshit): disuadir, quitar de la cabeza. Lee Smith trata de evitar que la joven Jessie (interpretada por Cailee Spaeny) se les una en su peligroso viaje. Por eso, aquí 'bullshit' debe traducirse como ‘estupidez’ o ‘locura’ en lugar de su otra acepción común como ‘mentira’.
kevlar: chaleco antibalas. Lee le aconseja a Jessie que si quiere ser fotoperiodista en zonas de guerra debe equiparse con un 'helmet' y un 'kevlar', en alusión al material del que están hechos los chalecos de protección.
Lee Miller: fotoperiodista nacida en Nueva York en 1907 quien, tras trabajar como modelo para la revista Vogue, cubrió algunos de los episodios más destacados de la Segunda Guerra Mundial.
to softball: poner facilidades. Joel, el periodista de la Agencia Reuters interpretado por Wagner Moura, avisa que, si consigue entrevistar al presidente, “I’m not going to softball him”. Se trata de una alusión al béisbol, o más en concreto a una variante de este deporte en la que la pelota es más grande y se lanza con más suavidad, por lo que se supone que jugar es más fácil y menos peligroso.
to put someone out of his/her misery: acabar con la agonía de alguien.
to pledge allegiance: jurar fidelidad. Se trata de una fórmula algo arcaica que se usa sobre todo en juramentos formales, como en el ejército o en la toma de posesión de cargos oficiales.
to loose your shit: perder la cabeza. Un nuevo ejemplo de la polisemia y versatilidad de la palabra ‘shit’.
don’t be such a hot shot: no vayas de figura. Un 'hot shot' es aquel que se conduce con gran confianza y hasta con aires de grandeza.
he’s a good shot: es un buen tirador. Del verbo 'to shoot' se deriva tanto el sustantivo 'shot' que sirve tanto para ‘disparo’ como para ‘tirador’, que es también 'shooter', 'marksman' o, cuando se trata de un francotirador, 'sniper'.
no shit!: ¡no me digas! Una expresión que puede denotar ironía, como es el caso, o genuina sorpresa.
roger that: recibido. En el alfabeto fonético creado por el Ejército de Estados Unidos en 1941 con el objeto de facilitar las comunicaciones por radio, cada letra se corresponde con una palabra. Por ejemplo, la C es Charlie, la F, Fox o la Z, Zebra. Como vemos, la R es Roger, y para confirmar que se ha recibido un mensaje se usa habitualmente solo la R, aunque para ello se deba decir “roger”.
I’ll do the talking: ya hablo yo. En lugar de una frase más común como “I’ll talk to them”, esta expresión se usa cuando la charla implica cierta complejidad y preparación, como una venta o convencer a alguien de algo.
Missouri, the Show-Me State: existen un par de versiones de por qué este estado del Medio Oeste tiene este sobrenombre no oficial. En cualquier caso, se supone que hace alusión al carácter incrédulo y poco impresionable de sus habitantes, que no se creen las cosas hasta que alguien se la muestra en persona: "Show me!"
embedded: incrustado. En el contexto del periodismo de guerra, los reporteros 'embedded' son aquellos que viajan con los militares, que de alguna manera los protegen pero también les limitan el acceso a las noticias. Están, casi literalmente en la cama ('in bed') con ellos.
chopper: helicóptero. Una manera coloquial de referirse a un helicóptero, se supone que por el sonido "chop, chop, chop" que emiten sus hélices.
take a wild guess: arriésgate, a ver si adivinas. 'To guess' es suponer o adivinar, así que adivinar a lo salvaje significa tratar de acertar sin tener apenas idea de por dónde van los tiros.
the money shot: la foto del millón de dólares. Como las armas, las cámaras fotográficas disparan. Conseguir 'the money shot' significa realizar ese disparo, conseguir esa imagen que vale mucho dinero.