Cristina Alarcón es profesora es una profesora de inglés apasionada y creativa que imparte clases en un colegio multilingüe de Sevilla. Comparte su experiencia, su enfoque innovador y sus métodos de enseñanza, además de explicar cómo gestiona retos como el miedo de los alumnos a hablar en inglés, el estrés y la frustración, utilizando técnicas de inmersión y fomentando la participación activa.
Háblanos un poco de tu trayectoria como docente de inglés.
Soy maestra de lenguas extranjeras y vivo en Sevilla con mi marido y mis dos hijas, a quienes sueño ver crecer bilingües. Trabajo en el CEIP Maestro José Fuentes de Sevilla, un centro plurilingüe en inglés y francés que me permite desarrollar todos los proyectos que imagino gracias a su metodología abierta e internacional. Además, soy la especialista de inglés en diez clases diferentes. Y soy autora de La gran guía de supuestos prácticos de inglés y de la colección de cumpleaños, que incluye el libro ilustrado Don’t let the goat ruin your birthday party y el Happy birthday activity book.
¿Qué te motivó a acercarte al mundo de la enseñanza de idiomas?
Los idiomas siempre me han fascinado, pero fue en el instituto cuando realmente me obsesioné con el inglés. Mi profesora no valoraba mi esfuerzo, así que decidí demostrarle que podía hacerlo mejor por mi cuenta. Fue entonces cuando empecé a estudiar fonética y todo lo relacionado con el idioma. Al final, la docencia fue lo que más me llamó la atención. Y qué bien que fue así, porque combinar la enseñanza con la creatividad es algo que realmente me apasiona.
Cuéntanos sobre tu primera clase, ¿cómo te sentiste en ese momento?
¡Uf, con muchísimos nervios! Tenía 25 años, siempre he tenido una apariencia joven, así que me sentía un poco como si estuviera frente a ellos como una amiga más que como una profesora. También me preocupaba mucho que los padres no me respetaran o no valoraran lo que hacía. Había dado clases particulares, pero enfrentarse a 26 niños de 11 años sin ayuda fue todo un reto. Sin embargo, la satisfacción vino doce años después, cuando una exalumna me reconoció en una boda y me contó que se dedicó a la traducción porque le inspiré. ¡Ese tipo de cosas no tienen precio!
Pensando en lo que has aprendido a lo largo de los años, ¿qué tres cualidades consideras esenciales en una profesora de inglés?
Sin duda, creo que la creatividad, la innovación y la inmersión lingüística son clave. La creatividad te permite pensar en nuevas formas de enseñar constantemente, la innovación te ayuda a estar al día con lo último, y la inmersión lingüística es lo que realmente hace que el idioma se sienta natural para los estudiantes. Cada vez que estoy en un proyecto, no puedo evitar pensar en cómo llevar la enseñanza un paso más allá.
La inmersión lingüística es lo que realmente hace que el idioma se sienta natural para los estudiantes.
Cuéntanos un poco sobre cómo son tus clases. ¿Qué tipo de actividades usas para que los estudiantes se diviertan mientras aprenden?
Mis clases tienen una estructura clara y siempre trato de que el principio sea impactante con un reto (challenge) que motive a todos. Dependiendo del día, nos centramos en una destreza específica. Por ejemplo, en los días de vocabulario y gramática, jugamos y practicamos juntos. Para listening, enseño la pronunciación de nuevas palabras y usamos la app Plickers, que les encanta, porque pueden responder con un código QR personalizado. Para el reading, según la edad, hago storytelling de cuentos relacionados con la unidad. Y en los cursos superiores, creo textos con ellos como protagonistas, lo que los engancha muchísimo. Además, este año implementé movie talk y picture talk que son geniales porque permite que aprendan mientras se divierten, solo con ver un corto o una imagen.
¿Qué obstáculos encuentras en la comunicación con tus estudiantes? ¿Cómo los superas?
Uno de los mayores desafíos es que muchos estudiantes sienten miedo de hablar en inglés, y es algo que siempre hemos escuchado: "tienes que hablar mucho, pero sin miedo". El problema es que, si no tienen un buen input, les resulta muy difícil atreverse a producir el idioma. Por eso, uno de mis enfoques es hacer que se sientan cómodos desde el principio. Si no logras captar su atención, ni siquiera se van a atrever a intentarlo. Por eso intento usar métodos dinámicos y divertidos para que se sientan involucrados y puedan cometer errores sin sentir vergüenza.
intento usar métodos dinámicos y divertidos para que los niños se sientan involucrados y puedan cometer errores sin sentir vergüenza.
¿Cómo logras mantener el interés de los estudiantes?
Intento involucrarlos al máximo, realizo las actividades con andamiaje, es decir, diferentes niveles y con apoyos visuales. Además, fomento la autoevaluación mediante rúbricas, lo que les permite ser conscientes de su propio aprendizaje y avances. De esta manera, evito la frustración y refuerzo su motivación. No utilizo exámenes escritos que solo reflejan una calificación numérica, sino que cada actividad realizada es evaluada de manera continua y formativa.
¿Y cómo ayudas a tus estudiantes a superar el miedo de hablar en inglés, especialmente cuando se sienten inseguros o les cuesta soltarse?
¡Ah, ahí entra en juego una de mis actividades favoritas! El Tea Time, inspirado en el speaking record time de David Talavera. La idea es que los estudiantes deben hablar solo en inglés, y cada vez que usan español, pierden una de las tres "vidas" que tienen. Esto los motiva a hablar más en inglés, pero además tienen un llaverito con expresiones útiles para buscar cuando necesitan algo. Lo más curioso es ver cómo, incluso los más tímidos, empiezan a atreverse a hablar con palabras inventadas o gestos. ¡Es como una gran liberación para ellos!
Otra actividad que también les funciona mucho es el star student, donde uno de los estudiantes se sienta en la Question Chair y responde preguntas del resto de la clase. Esto les da una gran confianza al ver que pueden comunicarse y ser comprendidos.
¿Cómo te mantienes actualizada en los métodos de enseñanza?
Para estar al día, me gusta usar recursos como el chroma key, marionetas y apps de doblaje como MadLipz. También uso la inteligencia artificial, ya que me permite crear materiales personalizados, como lecturas adaptadas a mis clases. Además, sigo a muchos docentes innovadores en Instagram y participo en formaciones con expertos como Alba Sabuco y Liam Printer. ¡Es una manera de seguir aprendiendo!
¿Qué piensas de las clases online? ¿Son tan efectivas como las presenciales?
Las clases online pueden ser igual de efectivas si las hacemos dinámicas y con una buena interacción. Al principio de la pandemia me costó un poco, pero luego descubrí que los estudiantes participaban muchísimo. Aún así, pienso que la enseñanza presencial tiene un valor único, sobre todo en cuanto a la conexión personal y la espontaneidad del aprendizaje.
¿Qué consejos le darías a los estudiantes que están aprendiendo inglés?
Les diría que no tengan miedo a cometer errores, porque son parte del proceso. Hablar un idioma es un súper poder, no algo de lo que avergonzarse.
También es fundamental rodearse del inglés: ver películas, leer libros, escuchar música, y lo más importante, ¡hablarlo con otros! Hay un montón de oportunidades, como intercambios o amigos nativos, que nos permiten practicar en contextos reales.
Por último, ¿cuáles son esas expresiones en inglés que te parecen más divertidas y que no tienen un equivalente exacto en español?
¡Ay, hay tantas! "Hold your horses" es una de mis favoritas, porque se la digo mucho a mis hijas y a mis estudiantes cuando les pido que tengan paciencia. También me encanta "The elephant in the room", que describe un tema obvio que nadie quiere abordar. Y "To pass with flying colours", que siempre les digo a los estudiantes cuando tienen unos resultados excelentes. Y, como curiosidad, una nueva expresión que me encanta es "to be the GOAT" (Greatest of All Time), que significa ser el mejor de todos los tiempos. ¡Desde que la uso en clase, los niños la repiten todo el tiempo!