Soy profesora de inglés y este es el truco que recomiendo para hablarlo con fluidez

Como profesora de inglés, este es el sencillo pero efectivo truco que recomiendo a todos mis alumnos para ganar fluidez al hablar el idioma de Shakespeare y mejorar su pronunciación.

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El truco recomendado por una profesora de inglés para hablarlo con fluidez
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Para mejorar el inglés, lo mejor es hablar inglés. Es más fácil decirlo que hacerlo. No todos tenemos a mano un amigo angloparlante con el que charlar todos los días, y muchos tenemos vidas muy ajetreadas, por lo que no disponemos del tiempo ni del dinero necesarios para dedicarnos a buscar clases de conversación. Hablar o cantar para nosotros mismos es la mejor alternativa que tenemos. A continuación, te explico cómo.

el inesperado beneficio de hablar solo en inglés

Cuando estaba aprendiendo español, una de las cosas que me resultaba útil era hablar conmigo misma en español. Me narraba las recetas que estaba cocinando. Mantenía diálogos imaginarios con George Clooney. Describía la habitación en la que estaba sentada. O simplemente le explicaba a mi gato la vida de mis amigos y familiares. Normalmente lo hacía cuando no había nadie en casa, por miedo a que la gente pensara que mi comportamiento era un poco extraño. Sólo mi confundido gato era un público cautivo. Hablar conmigo misma me proporcionaba una dosis diaria de práctica de la fluidez.

Era una forma no amenazadora de practicar mi español. Podía explorar el idioma que conocía y hablar de lo que quisiera o de lo que me pareciera útil en ese momento. Aunque puede que fuera una actividad divertida para mí (y puede que también para el gato), ¿fue útil en términos de aprendizaje de idiomas?

Cuando hablas, estás haciendo lo que se conoce como uso productivo de la lengua. A diferencia de la lectura y la comprensión oral, que consisten en absorber información (conocimiento receptivo), la expresión oral y escrita te empujan a producir activamente la lengua. Si estás aprendiendo inglés, esto significa que no te limitas a entenderlo, sino que lo creas y lo utilizas en tiempo real.

Producir la lengua requiere más esfuerzo mental y suele ser un proceso más lento que la comprensión. Esto se debe a que mental y físicamente tenemos que hacer mucho más: tenemos que acceder a nuestro lenguaje interno, averiguar qué parte usar, recordar la construcción gramatical, centrarnos en la pronunciación, hacer gimnasia con la lengua y sacar las palabras en el orden correcto. ¡Uf! Esto requiere mucho más esfuerzo mental que leer una frase o escuchar a otra persona.

Hablar solo para hablar mejor: la explicación científica

Hablar solo en el idioma que estás aprendiendo es una forma fantástica de practicar el habla, y lo mejor es que puedes hacerlo cuando y donde quieras. Por suerte, hay muchos científicos que se dedican a ello, así que echemos un vistazo a algunos de los fundamentos científicos.

Los estudios han demostrado que si uno se imagina haciendo una actividad concreta durante sólo diez minutos al día, como un movimiento específico de judo o una nueva brazada de natación, puede mejorar su capacidad para realizarla. Esto se debe a que nuestro cerebro utiliza procesos similares tanto si estamos haciendo algo físicamente como si nos lo imaginamos.

Cuando hablas contigo mismo (aunque no estés hablando en voz alta), tu cerebro se ilumina de la misma manera que si estuvieras manteniendo una conversación real con una persona real. Básicamente, estás practicando tus habilidades de conversación, aunque la única persona con la que hables seas tú mismo.

Piensa en ello como un ensayo mental. Igual que los atletas visualizan su actuación antes de un partido, tú puedes hacer muchas cosas para mejorar tu capacidad de expresión oral. Puedes imaginar diálogos, hacerte preguntas, explicar la historia de tu vida e incluso entrevistar a tu estrella de cine favorita, todo ello mentalmente. Toda esta práctica mental refuerza las vías neuronales asociadas a la expresión oral y te ayuda a hablar con más fluidez.

Veámoslo con más detalle. Cuando hablas contigo mismo, trabajas varios aspectos clave del lenguaje:

  1. Pronunciación y acento
    Al pronunciar las palabras en voz alta, practicas los sonidos del idioma. Puede que no obtengas una respuesta inmediata, pero empezarás a notar cómo moldear la boca y colocar la lengua para esos sonidos difíciles.
  2. Vocabulario y gramática
    Construir frases espontáneamente te obliga a recordar y aplicar el vocabulario y las reglas gramaticales que has aprendido. Cuanto más a menudo "saques las palabras de la chistera", más rápido lo harás.
  3. Fluidez
    Cuanto más practiques hablar, más natural te resultará. Con el tiempo, te darás cuenta de que las palabras y frases te vienen a la mente más rápidamente, reduciendo esas pausas incómodas y los "ums" y "errs".
  4. Confianza
    Hablar en voz alta, incluso para ti mismo, aumenta tu confianza. Reduce la ansiedad de cometer errores delante de los demás porque sólo estás tú (¡y quizá tu perro confundido!). Esta confianza puede traducirse en conversaciones más fluidas cuando hablas con otras personas.

Así que la próxima vez que estés paseando al perro, conduciendo hacia el trabajo o simplemente descansando en casa, no dudes en entablar una conversación contigo mismo (o con una mascota desprevenida). Describa su día. Narre lo que está haciendo. Debate contigo mismo sobre qué cenar. Haga todo esto en inglés. Te ayudará a mejorar tu fluidez. Mi única advertencia es que mantengas los diálogos internos cuando haya otras personas alrededor.

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